I come to sing to you, folks,
These new songs:
Of the taking of Guadalajara
By the Villista soldiers.
In the year 19 hundred
And 14, just recently
Villa left Chihuahua
In front of many people.
The early part of November
Villa arrived as far as Torreon,
He advanced on his course
To fight with Obregon.
From Fresnillo to Lagos
There weren’t any formal battles
Because the plazas had been left
By the Soldiers of Carranza.
From Irapuato
to La Barca
There were fierce battles,
The insurgents winning,
The soldiers of Carranza
fleeing.
Dieguez was left defeated,
In the station of Ocotlan,
Fleeing to Guadalajara,
Later to Ciudad Guzman.
On the route to Guadalajara,
With the transport trains,
Villa arrived as far as Atequiza,
With his division of the North.
The fifteenth day of November,
Overshadowing the afternoon,
The boss Julian Medina,
Was found in Puente Grande.
When the Villistas entered,
The then happy tapatios,
A litlle later were throwing
into flight,
The bells of the temples.
The jefes and officials,
And those that had become prisoners,
Were given liberty by Villa,
Given clothes and money.
¡Que viva Pancho
Villa!
All the people hollered,
When the Villistas entered,
Taking
Guadalajara.
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Vengo a cantarles, señores,
estas nuevas
mañanitas:
toma
de Guadalajara
por
los soldados villistas.
Año
mil novecientos
del
catorce muy presente,
Villa
sale de Chihuahua
al
frente de mucha gente.
A
principios de noviembre
Villa
llega hasta Torreón
para
avanzar rumbo al centro
a
combatir a Obregón.
Desde
Fresnillo hasta Lagos
no
había combates formales
porque
dejaban las plazes
los
soldades carranclanes.
Desde
Irapuato a La Barca
fuertes
combates tuvieron,
ganando
los insurgentes,
los
carrancistas corrieron.
Dieguez
quedó destrozado
en la
estación de Ocotlán,
huyendo
a Guadalajara,
después
a Ciudad Guzmán.
Con
rumbo a Guadalajara
con
sus trenes de transports
Villa
llegó hasta Atequiza
con
su División del Norte.
El
día quince de noviembre
al
oscurecer la tarde
el
jefe Julián Medina
se
encontraba en Puente Grande.
Cuando
entraron los villistas,
los
tapatíos muy contentos
luegito
echaron a vuelo
las
campanas de los templos.
Los
jefes y oficiales
Y
el que cayó prisonero,
Villa
les dio libertad
dándoles
ropa y dinero.
--¡Que
viva Francisco Villa!—
toda
la gente gritaba
cuando
entraron los villistas
tomando
Guadalajara.
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